ColombiaHoover Wadith Ruiz Renjifo

La vida es un absurdo

Por Hoover Wadith Ruiz Rengifo. Abogado, especializado en derecho penal y penal empresarial. Compliance officer. Colombia.

El arquitecto parece ser un matemático, anotaba Richard Feynman.

Lo observable y no lo observable nos dice que quien o que hizo esta Tierra es un genio, y mayormente el universo. Todo está en coordinación, y seguimos sosteniendo que todo está conectado.

Nuestra frase es que todo sirve para todo.

Hasta ahora lo cuántico es incomprensible, matiz que pone en tensión el sentido común, hasta el punto de abandonarlo a este nivel porque la percepción atómica rompe la lógica.

De tal manera que lo cuántico a la luz del sentido común es absurdo, pero las pruebas experimentales demuestran la concordancia de aquello que nos parece absurdo. Podemos afirmar que la vida es un absurdo. La naturaleza es absurda. Es difícil de entender.

A mitad de la última década se ha puesto de moda (nada nuevo debajo del universo) la corriente filosófica del Nuevo realismo con el italiano Maurizio Ferraris y el joven filósofo alemán Markus Gabriel. Este último autor plantea que el mundo no existe, porque existen muchos.
Este nuevo realismo la verdad no está solo en la ciencia, también lo está en la religión, en el arte y en (realidades consensuadas) (Maurizio Ferraris). Con este planteamiento agita nuestra idea apoyada en el filósofo francés Gilles Lipovetsky de que en los tiempos actuales la ciencia y la tecnociencia son las que mejor horizonte abren.

Sin embargo, nos da la impresión que este nuevo realismo es un retorno al dogmatismo (la prehistoria de la filosofía clásica). Es un intento desesperado por querer rescatar la importancia central que tuvo la filosofía en siglos pasados, posición central que pierde por ser poco práctica y la pérdida de pensamiento crítico. La filosofía es importante, pero ya no entusiasma. El carácter prometeico que la catectizó ha perdido fuerza al ser desmentida por la realidad. En los tiempos actuales no tienen cabida las ideologías que, en cuanto se despliegan, la realidad…

Este nuevo realismo que de nuevo no tiene mucho, es un llamado a los ismos (woke) del presente, que de todas maneras es un retorno a la búsqueda de nuevas verdades absolutas.

El nuevo realismo en antirelativista

Nos preguntamos con Feynman: ¿Había una realidad en el universo antes de comenzar la vida? ¿Hay realidad en el mundo después de que estés muerto?

El mundo surgió de una condición más ordenada en el pasado que en el presente, afirma Feynman.

Anotamos nosotros que allá, acullá, allí y en dicho pasado los dogmas triunfan, pero este presente es turbulento, inestable, indeterminado e incierto. Aquí el método y la lógica no tienen cabida, hay que recurrir a las herramientas, por caso, la pragmática.

A decir verdad, queridos eticones, esto estaba bien hecho, pero lo dañamos.

Estamos por entender la razón de la corta estancia de la especie llamada hombre en la Tierra, ya que si el hacedor le da más tiempo aquí, más rápido desbarata lo que de manera ordenada surgió. Resultaba mejor darle más tiempo de vida a una tortuga.

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