Por Miguel Ángel Rodríguez Mackay / Excanciller del Perú e Internacionalista.
Se calcula en 58 el número de rehenes israelíes retenidos en la Franja de Gaza por Hamas –se cree que unos 33 estarían muertos–, luego de que fueran llevados contra su voluntad tras el asalto y masacre en el .sur de Israel, el 7 de octubre de 2023, y esta realidad acaba de empeorar tras el anunció de los extremistas islámicos de que sus vidas peligran, si acaso continúan los bombardeos y otros ataques de las tropas de Israel a lo largo y ancho de Gaza. Si esto último sucede todo se habrá ido de las manos y podrían dominar los temperamentos reactivos de Israel o de Hamas. Esto último es mucho más grave porque confirma que las negociaciones, que buscan el inmediato alto el fuego y la paz, en consecuencia, no han logrado su cometido.
Hamas sabe muy bien que la concepción de la paz que está buscando occidente dista de sus pretensiones y por eso, para las partes en combate, la paz aparece como medio lejana en la que pocos creen. Hay que decirlo. La paz se construye sobre la base de la buena fe y de reglas claras.
El impacto de un escenario sangriento que termine acabando con la vida de los israelíes secuestrados podría ser el comienzo del final para Benjamín Netanyahu, a quien la población israelí lo considera uno de los mayores obstáculos para lograr la paz permanente y verdadera. No habrá paz en Medio Oriente mientras no haya un sinceramiento de las partes en combate que suponga aceptarse mutuamente y deberíamos ser conscientes de esa realidad.
Si Hamas decide ejecutar a los rehenes será difícil creer que Israel se quedará de brazos cruzados y allí estamos ante un escenario realmente de masacre, de sangre, lo que podría terminar configurando un propio Estado de guerra. La diplomacia jugará su partido en adelante y más que nunca para lograr lo que para los demás aparece como un imposible fáctico o de iure.
La paz no debe ser vista como una entelequia, sino como una inmejorable oportunidad que difícilmente vuelve en la misma dimensión y circunstancias, por eso debe ser aprovechada al máximo. .No digo que todo esté perdido entre Israel y Hamas. En diplomacia siempre debe haber una ventana abierta, que es la ventana de la esperanza, como bien decía mi maestro, el embajador Gonzalo Fernández Puyó, presidente de la Sociedad Peruana de Derecho .Internacional, adscrita al ministerio de Relaciones Exteriores, pero sí digo que la realidad es muy compleja en esa extensa y compleja región asiática en la que suelen intervenir factores exógenos que desnaturalizan la realidad de conflicto.
Es momento de exigir sensatez y mucho criterio, de lo contrario, con posiciones recalcitrantes, nada o muy poco se va a lograr. Muchas guerras se han iniciado por casos extremos como el destino de los rehenes israelíes o los miles de civiles palestinos encarcelados en Israel, donde todas son vidas humanas que no participan del conflicto. Así las cosas, la situación es realmente muy compleja porque el derecho internacional humanitario sigue en el suelo.
Fuente imagen: El Periódico de Cataluña