La disuasión o persuasión mediante la advertencia o hasta la amenaza, es el arma más importante y efectivo en estos momentos en que se enfrentan Israel e Irán, los dos países más poderosos del Medio Oriente, que mutuamente han desatado acción y reacción militar descontrolada. Estados Unidos de América, la superpotencia del planeta, sin ser aun parte directamente involucrada en el conflicto, ha recurrido a esta estrategia de guerra creando un pánico colectivo en la población iraní. En efecto, si el mandatario estadounidense pide a los habitantes de Teherán que abandonen la ciudad, no será por otra razón que para atacarla, bombardearla, y por esa razón cuida dar aviso que lo hará, a fin de que la población civil se halle a buen recaudo. Es verdad que la idea de Washington es acabar con la capacidad nuclear de Irán, y para eso buscará destruir las enormes cantidades de uranio que Irán debe haber enterrado bajo tierra a profundidades relevantes. Debemos, entonces, deducir, que ¿Washington pretende lanzar una bomba nuclear sobre la capital de Irán? Realmente no lo creo. Como tampoco creo que el régimen de los ayatolas se decida por usar armas nucleares, si acaso eso es lo que se pueda creer. No será inteligente para estadounidenses e iraníes usarlas. Sería el momento de la destrucción del hombre camino a su temida involución. Sí creo, en cambio, que cualquiera puede usar armas de destrucción letal, tal como lo vienen haciendo hasta ahora, e incluso de una mayor intensidad o alcance. Para que se produzca una tercera guerra mundial no será indispensable que se active el uso de armas nucleares, si no, que el conflicto bilateral (Israel-Irán) se extienda, y a la participación de Estados Unidos en favor de Israel se produzca la intervención de Rusia o China en defensa de Irán, con lo cual se habrían formado alianzas como la Entente Cordiale, la triple alianza, el eje, o los aliados, que fueron la manera como se agruparon las naciones del mundo durante las dos más grandes conflagraciones bélicas que registra la humanidad, al haberse desatado durante el siglo XX. El mayor temor, entonces, es que la guerra se extienda y esa realidad no se ve lejana.
(*) Excanciller del Perú e Internacionalista