Miguel Ángel Rodríguez MackayPerú

Zelenski no comprende el movimiento de fichas del poder mundial

Por Miguel Ángel Rodríguez Mackay / Excanciller del Perú e Internacionalista.

Hasta las Islas Canarias, donde me hallaba hasta hace pocas horas, en pleno corazón del Atlántico africano, llegó como un tsunami, la irrepetible escena en la Casa Blanca, entre el presidente, Donald Trump, y su homólogo de Ucrania, Volodomir Zelenski, que, vuelve a mostrar su falta de inteligencia emocional de Estado, al enfrentarse a Trump, sabiendo a priori, que, por hacerlo, todo terminaría en su contra. Zelenski fue a Washington para firmar un acuerdo con el gobierno de Trump que, además de convenir para los dos países ventajas estratégicas –nadie que quiera firmar se esforzaría en trasladarse desde tan lejos, como lo hizo Zelenski, para perder–, tenía el propósito de acercar a los dos mandatarios, contextualizados por incomodas declaraciones recíprocas, desde que Trump decidió mostrar sus primeras cartas en la política internacional de acercamiento estratégico a Rusia para alejarla de China, que sí es su objetivo de fondo, pues sigue firme pisándole los talones.

El peor negocio de Zelenski, a cuya defensa nacional le he dedicado mis columnas a lo largo de la guerra, ha sido enfrentarse a Trump; en todo el caso, el elegido para hacerlo, era Vladimir Putin. No será difícil recordar que, gracias a Estados Unidos, que suministró montañas de ayudas económicas y materiales para que Ucrania enfrente con dignidad a la invasión rusa de su territorio, es que los alicaídos ucranianos no fueron arrasados por las pretensiones geopolíticas de Moscú que arremetió en su territorio sin casus belli (sin causa para hacer la guerra). Esta verdad que no debería merecer mayor esfuerzo para comprenderla, no ha sido asumida racionalmente por Zelenski. En vez de aceptar que su país no está en condiciones de imponer nada, y al no mostrarse agradecido para con Washington, pues de otra manera, pudo cambiar la historia de la guerra, Zelenski ha terminado muy mal parado por más que aparezca como David enfrentándose a Goliat, y que esa foto “desventajosa” fuera defendida por los enemigos de Trump, soltando a los cuatro vientos que Zelenski es un presidente con honor, hasta convirtiéndolo héroe nacional.

Ucrania no está en condiciones de negociar de igual a igual con Rusia y esta realidad por la cual se ofendió Zelenski, significa que Estados Unidos es el único actor mundial con capacidad para hacerlo por los ucranianos, pues ni siquiera todos los países de la OTAN juntos, tienen esta poderosa virtud disuasivo-negociadora estadounidense. Zelenski se ha expuesto tontamente al desenvainar la espada en el lugar menos indicado y peor, con el pecho al aire. Nadie dijo que debía mostrarse sumiso. ¡Eso jamás!, pero sin inteligencia estratégica, ha preferido exhibirse casi como un Robin Hood de su propio pueblo, cuando sabía que Trump, apenas asumida la presidencia, daría un giro a contracorriente de su predecesor, Joe Biden, concentrado en recuperar el mundo unipolar. A pesar de lo sucedido, no veo a Washington dejando a su suerte a los ucranianos, sería dispararse a los pies. Zelenski debería disculparse con Trump, guste o no, y comprender el nuevo movimiento de fichas del poder mundial.

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