Por Miguel Ángel Rodríguez Mackay / Excanciller del Perú e Internacionalista.
No debe creerse, en modo alguno, que Ucrania ha aceptado la paz, luego de tres años de una guerra que mantiene con Rusia que ha costado más de un millón de muertos; sin embargo, el alto al fuego, propuesto por los Estados Unidos de América, en el marco de la reciente reunión en Arabia Saudita, es un primer paso para conseguirla. Pero, entonces, ¿Qué es el alto al fuego? Desde el derecho internacional se define como la decisión momentánea o definitiva de detener las acciones militares o de las hostilidades entre las partes en combate.
Esto quiere decir que Ucrania ha aceptado la propuesta de la diplomacia estadounidense de detener el uso de las armas contra Rusia, y que, al cierre de esta columna, estaría pendiente que el gobierno de Vladimir Putin, también exprese su aceptación. Es indispensable que se cierre el circulo de las aceptaciones de las partes en combate, pues de lo contrario, no se podrá dar por paralizadas las hostilidades, es decir, no habrá ninguna garantía de que no habrán ataques de unos contra otros.
Generalmente, el alto al fuego, va de la mano de la tregua que expresa la suspensión de los actos de guerra durante un tiempo determinado. El objeto del alto al fuego en la guerra en Europa del Este busca no solo evitar que sigan produciéndose bajas humanas, que ya es lo más importante, si no, crear las condiciones para, conservándola, se pueda levantar una hoja de ruta que traduzca el inicio de conversaciones sustantivas o de fondo para una paz permanente o duradera o acaso una paz definitiva.
No debemos perder de vista que la aceptación ucraniana del alto al fuego de la víspera, se ha producido luego que el gobierno del presidente ucraniano, Volodomir Zelenski, arremetiera con vehemencia con ataques sobre blancos en Moscú. Esta situación tan reciente no asegura una respuesta inmediata de aceptación por parte de Moscú, que no descarta el rechazo, pero es evidente que crea las condiciones para ir en el camino de los planes de paz de Trump, y Putin sabe en el fondo que la decisión ucraniana de aceptación del alto al fuego es el resultado del esfuerzo de la diplomacia del presidente estadounidense para alcanzar la paz como medio y no como fin, que, por supuesto, a Putin también conviene.
La actitud de Zelenski, que dista muchísimo de la que todos le vimos en la Casa Blanca, es realista, y en diplomacia debe entenderse como una forma de querer enmendar el irrepetible desastre político-diplomático escenificado en la propia sede del poder ejecutivo estadounidense. Trump lo sabe de memoria y como tiene objetivos mayores que conseguir, mira a la actitud de Zelenski, como la esperada. Ahora falta saber lo que decidirá Putin y no tardará mucho en conocerse.
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